La exploración ocular es fundamental para detectar la retinopatía diabética.
Se debe realizar un examen exhaustivo de los pies del diabético, donde se inspeccionará la existencia de úlceras, integridad de las falanges del píe y cambios en la coloración. En la palpación, no sólo incluimos los pulsos, sino también la temperatura y la humedad; también valoraremos la sensibilidad, tanto táctil como térmica y de vibración; en la vibración utilizaremos el diapasón sobre la articulación metatarsofalángica del dedo pulgar del píe, comparándolo con el del otro lado.
- Existen tres formas de establecer el diagnóstico de diabetes, dependiendo del resultado de la glucemia y, en cada una de ellas, el análisis debe confirmarse en uno de los días siguientes. Se ratificará el diagnóstico de diabetes cuando una persona presente en más de una ocasión:
- Glucemia basal ≥ a 126mg/dl.
- Glucemia al azar ≥ a 200mg/dl en presencia de síndrome diabético (poliuria, polidipsia, polifagia, pérdida de peso).
- Test de tolerancia oral a la glucosa ≥ a 200mg/dl a las 2 horas después de haber tomado la sobrecarga de los 75gr de glucosa (no recomendada como prueba rutinaria).
Además de realizar las pruebas bioquímicas de glucemia en ayunas y la sobrecarga oral de glucosa, deben realizarse también: creatinina, ácido úrico, electrolitos séricos y un análisis de orina. Ya que los diabéticos tienden a una alta incidencia de dislipemia, debe realizarse un perfil completo de lípidos: colesterol, triglicéridos y lipoproteínas de alta y baja densidad. También es conveniente realizar, a los diabéticos Tipo I, un electrocardiograma y pruebas de función tiroidea.
La hemoglobina glicosilada es bastante útil para controlar la diabetes a largo plazo ya que, la determinación de ésta, da información más exacta del nivel de glucosa en los últimos 2-3 meses.
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